Cuando se habla de Wicca Diánica se habla de una Wicca enfocada en la Diosa y que en algunos casos o relega al Dios en segundo plano muy pequeño o directamente lo elimina del culto. Durante un tiempo, sobre todo a finales de los 90 y principios de los 2000 la Wicca Diánica era un sinónimo de Wicca lésbica. No es de extrañar que muchas wiccanas lesbianas adoptaran esta tradición pues se acercaba más a su experiencia vital, pero no todo el dianismo es lésbico.

Parece, aunque hay excepciones, que para el Dianismo únicamente con la Diosa basta y pasan por alto en muchas veces el dualismo. Pero al igual que planteábamos en un artículo anterior sobre lo transgénero dentro del paganismo también la percepción lésbica puede modificar lo que realmente se ha entendido arquetipalmente en la Wicca. Y es que esa polaridad divina en la que se basa la Wicca es más fácil de representar en los binomios: masculino/femenino, día/noche, calor/frío… Pero en realidad lo que debemos entender es que la divinidad es inasible, inaccesible e incognoscible en su totalidad y que somos nosotros quienes, desde nuestra óptica, la transformamos.
Precisamente hablando con una amiga lesbiana perteneciente a otra tradición pagana (no wiccana) decía que para ella y dentro de su religiosidad no había esos problemas porque al haber una multitud de dioses estos tenían funciones específicas y en su panteón también había un par de diosas vinculadas con el lesbianismo. El problema esta cuando desde la Wicca queremos ofrecer una experiencia completa e inclusiva para aquellas personas que no encajan en ese binomio masculino-femenino en todos los ámbitos de su vida.
A raíz del artículo que mencionábamos antes se nos planteo la posibilidad de que las mujeres lesbianas pudieran tener a otra Diosa en sus ritos. Es decir, existiría la posibilidad de expresar esa misma polaridad y que ambas diosas encajaran en los arquetipos que tradicionalmente se han asociado al Dios y a la Diosa pero habría que modificar un tanto la concepción de fertilidad que suele haber en muchos mitos wiccanos y revisarla desde un punto de vista no biológico.
De esta forma la fertilidad y la unión de las dos diosas se expresaría en una fertilidad en el amor, en objetivos profesionales o incluso familiares. Pero también se nos puede plantear el trabajo con dioses que en sus propios mitos cambian de género para conseguir pareja o algo en concreto. Podría haber dos diosas pero que en un momento determinado alguna de ellas se transformara en un hombre para fecundar y fertilizar el vientre de la otra. Al final el resto de lo que consideramos como Wicca seguiría intacto solo que ellas le darían una vuelta de tuerca al significado de transformación y acercarían de forma más emocional sus arquetipos a las mujeres lesbianas.
Ahora la pregunta es ¿qué tiene más importancia en la Wicca: la polaridad como una metáfora o el culto a la fertilidad biológica?