Uno de los problemas más habituales cuando alguien quiere acercarse a Eros es que la información que puede llegar a encontrar es escasa y cuando la encuentra esta ni siquiera llega a ser toda sobre Eros. La simplificación y la didáctica para acercar la mitología a gente de todo tipo ha hecho que cuando se explican las figuras de Eros y Cupido estos sean equivalentes y que los atributos de uno y de otro sean intercambiables cuando originalmente no lo fueron. Pero también hay una razón histórica para que a día de hoy sigamos arrastrando este error, error que muchas personas dentro del paganismo y la brujería, cuando se adentran en el culto de alguno de estos dioses, no llegan a reconocer porque la mayoría de las fuentes más habituales suelen repetirlo.